Playa

Después de pasarme el día entre las sombras decidí salir a dar una vuelta. Ya habían pasado unos días desde que había llegado al Reino del Pueblo y metida en este cuerpo, y ya podía controlar un poco mi sed. Además, ya me había alimentado por ahora. Así que me acerqué a la costa para poder observarla.
Ahora estaba en la playa, sentada, observando las olas romperse contra la superficie.

La entrevista con mi Diosa habia salido de maravilla pero a pesar de que reclamaba la paz que el mar me daba, estaba deseosa de ver y conocer todo lo que los reinos podían ofrecerme. Soy una persona tranquila pero en ese intante no cabía dentro de mi, no se si por el gozo que sentía al verme allí o por todo aquello que habia más allá de las fronteras y que me quedaba por descubrir. Nadé un rato, sin rumbo, simplemente maravillada por todo aquello que mis ojos veian a mi paso, y finalmente, llegué a la costa. Me puse en pie cuando el agua descendió hasta la cintura y caminé sintiendo las olas romper sobre mi espalda hasta pisar la arena de la playa. De pronto recordé las palabras de mi diosa "solo dos horas o morirás". Recordar eso me hizo entristecer meramente, sabia que solo tenia dos horas, pero bueno, al menos podia salir. Asique me dispuse a disfrutarlas pero allí se estaba tan agusto...
Me giré para contemplar el mar en toda su extensión: -"¡Por el amor de mi diosa, ¡qué bonito!- Dije gritando sin darme cuenta de lo que hacia. Cuando caí en la cuenta de que habia gritado más de lo debido me giré para ver si alguien me habia escuchado, y entonces la vi. Una joven sentada observando el mar y con una media sonrisa en la boca. Me sonrojé al pensar que era debido a mi extravagancia y me acerqué poco a poco a ella para no molestarla y así entablar conversación.

Unos pensamientos me sacaron de mi ensimismamiento e hicieron que buscase su procedencia con la mirada. Cuando divisé a una criatura salir del mar y gritar. Sonreí levemente divertida ante esa situación. Seguramente sería una sirena o una ninfa. La vi acercarse hacia mi y oír que pensaba hacer...entablar conversación.
Bueno nunca venía mal conocer a criaturas de otros reinos, y al no ser ni humana, ni ninguna clase de maga, hechicera o vidente ayudaba. Puesto que de esa forma su sangre no me llamará y no tendré que controlar mis ansias de chuparle la sangre.
Pero yo nunca bajaba la guardia, por lo tanto mi rostro se volvió de piedra como siempre, no dejando ni rastro de la anterior sonrisa. Una vez cerca mía decidí hablar con esa voz tan melodiosa y atrayente que tenía como vampiresa.
Tienes toda la razón. Es muy bonito. Comenté con mi típico tono indiferente. Catherine. Me presenté, ya que sabía que su próximo paso sería presentarse y esperaría a que yo también lo hiciese.

Me alegré al ver que era alguien a quien no le di miedo por parecer loca y que era una persona con la que se podia entablar conversación.
- Diana -la imité avanzando una mano para estrecharsela de manera cordial - Lo cierto, es que si. Es todo precioso, ¿de que reino eres?- le pregunté amigablemente a la vez que me sentaba a su lado. Supuse que no le incomodaria pero lo hice despacio por si acaso le sentaba mal. -me encanta ver el mar, cerrar los ojos y sentir su frescura, su brisa, es todo tan placentero.- añadí hablando bajo, más para mi que para ella.

Observe atenta como se acercaba a mi y me ofrecía la mano a modo de saludo. Pero no se la cogí. Lo siento, pero eso del contacto físico no me va. dije intentando lo mas amigable posible, pero tenia que reconocer que me era inevitable. Siempre tenía ese tono indiferente. Sonreí mentalmente cuando me pregunto de que reino era. Así que decidí demostrarselo. Y que mejor manera que enseñarle los colmillos... y así lo hice. Sonreí de forma maléfica mientras enseñaba los colmillos. Creo que eso contesta a tu pregunta. Volví a mi tono indiferente.
Miré el mar cuando hablo de él y asentí en silencio.

Que no me cogiera la mano me parecio algo logico, bueno, era libre de no coger una mano de una desconocida pero cuando me enseñó los colmillos, di un respingo que se notó mucho. Si, lo admito, me asusté. Nunca antes habia conocido a ¿un vampiro? ¿era eso lo que ella era? no se, jamás habia visto uno y no podia estar segura. Oh oh, mi instinto me avisó "vete, vuelve al mar, alejate" Pero descarté la opción, estaba demasiado deseosa de aventuras y conocer los reinos y criaturas que los habitaban como para largarme sin mas. -Vale, ya me has demostrado que no eres amigable precisamente, pero ¿que especie eres? perdona si no lo sé, es que jamás he visto a ninguna especie con colmillos. Por lo que he leido podrias ser perfectamente un vampiro pero tambien otras cosas, no conozco el mundo, podrias ser cualquier cosa. ¿y si eres una asesina? madre de los mares! estoy poniendome en manos de una asesina! pero a ver dime, ¿que comes? ¿de que te alimentas? ¿me vas a hacer daño? - el miedo, el terror, el panico que en estos instantes estaba teniendo y que habia querido disimular afloró por medio de millones de preguntas, se notaba que estaba nerviosa. Tenia un pie doblado, listo para levantarme de un salto y lanzarme de nuevo al mar. Si, allí estaria segura pero la sola idea de estar con una criatura de la que no sabia nada, me gustaba.

Solté unas cuantas carcajadas ante su reacción. Era la primera vez que conocía a una criatura que no era vampiresa desde que estoy en este cuerpo, y su reacción me agrado.
Me gustaba crear esa sensación de miedo pero a la vez de euforia en las demás criaturas. Si, soy una asesina. Me encanta chupar la sangre. Observé su cara de pánico y volví a soltar una carcajada. Pero tranquila, solo como humanos, hechiceros y videntes. Y algún que otro animal. Y dudo mucho que tu seas algo de eso, porque si lo fueras... lo hubiese notado, y lo más seguro es que ahora mismo ya no tendrías ninguna gota de sangre recorriendo por tus venas. Paré de reirme y la mire seria. Si, soy una vampiresa. Y para tu informacion... puedo aguantar bastante bajo el agua, así que si te quisiera comer... no escaparias ni bajo el agua. Susurre muy cerca de su oído. Al ver su posición que estaba apunto de salir corriendo y lanzarse al agua.

Trague saliva, sus palabras fueron golpes en mi mente. Todo lo que algun dia temí estaba delante de mi, convertido en una persona, en una ¿mujer? muy bella por cierto. - ¿y si no quiero salir huyendo? ¿y si simplemente quiero empezar a saber mas cosas de tu especie? ¡Vamos! cuentame... ¿como os alimentais, donde vives, que haces en tu tiempo libre... me gustaria conocerte, nunca habia conocido a ninguna -dije con la voz apagada y la cabeza agachada. Le tenia miedo si, pero tambien sentia un sentimiento muy ilogico en mi, sentia la necesidad de conocerla, de saber mas de ella. Que rara soy.

Reí divertida. Criatura de las Aguas... no es que seas rara dije contestando a sus pensamientos lo que pasa es que los vampiros creamos eso en las demás criaturas. Todo lo nuestro os llama y os acerca a nosotros. Me puse seria ante tantas preguntas. Era yo la que intentaba conocer a los demás, no los demás a mi. Aunque su miedo hacia que me ego creciese, que me sintiese más segura de mi misma. Y su pensamiento sobre mi belleza hacia que me sintiese mejor imposible. Aunque decidí contestar a algunas de sus preguntas.
Vivo en el pueblo y me alimento de sangre. De la sangre de aquellos a los cuales te mencione anteriormente. nunca llegarás a conocerme. Nadie lo ha hecho, ni nadie lo hará. Conteste con voz indiferente e incluso algo borde.