Diana

Diana escribió:El camino había sido largo y duro. Pero estaba segura de que
había merecido la pena, es más, así lo sentía. Cuando llegué hasta las puertas
del reino, la frustración, la rabia y el cansancio que sentía se desvanecieron
cuando la suave brisa que se levantaba me traía el olor del mar, el olor de lo
puro, limpio y sereno. Quería quedarme allí, lo había decidido.


¡Oh! El Olimpo, cuantas veces habré soñado con él. Tan
hermoso, tan limpio. Donde se puede vivir en paz y armonía, todo lo que yo un día
pedí. Desde pequeña he sentido una necesidad en auge por llegar a él, formaba
parte de mi sin tan siquiera conocerlo todavía. Es un trozo de mí.


Estaba muy entusiasmada por mi llegada y quería ir a
curiosear en cuanto antes. Todo era tan bonito, casi irreal. Fui directa al
despacho de la diosa de mi espero futuro reino. Me habían hablado de ella, y
esperaba que fuera tal y como me habían dicho. Toqué la puerta y entré sin
esperar una respuesta, pues las ansias por entrar me pudieron. Cuando estuve
dentro me di cuenta de lo que había hecho y comencé a ponerme colorada. Acaché
la cabeza y plantada tras la puerta ya cerrada, esperé que alguien me dijera
algo.