Kate

Alcé la mírada del libro que estaba leyendo para posarla en la puerta. Unos frágiles nudillos habían tocado la gran puerta de roble.
Pase. Observé como un alma entraba, algo nerviosa. Sonreí dulcemente para tranquilizarla. Entre querida, sin miedo. Hice señal de que se sentase enfrente de mí. Supongo que habrás venido para pertenecer a mi reino, no es así? Pregunté amablemente, mientras dejaba el libro encima de otros libros, en la parte izquierda del escritorio. ¿Qué te trae a querer pertenecer al Reino de las Aguas? Pregunté dando por hecho que si que había venido por eso. Tenía una gran intuición y no fallaba nunca. Además que, ningún alma venía al Olimpo por otra cosa.

-Buenas Diosa-dije con una sonrisa mientras entraba al lugar.
Me senté en un sillón de la sala y comencé a respodner a la Diosa Anfitrite.
-Muchísimas gracias por recibirme-dije aún agradecida-He venido aquí para poder ser parte de su reino y aunque ha sido un largo viaje no me arrepiento.
Observé su gran belleza,los rumores eran ciertos y aunque no la conocía me transmitía una gran paz.
-Siempre he deseado pertenecer a este gran reino por su belleza,su calidez,su paz y todo lo que le rodea-hice una pausa y proseguí-he de serle sincera,nunca en toda mi vida he sentido una paz y una calidez tan inusual como la que me transmite el mar y su fuente,el agua.Siempre me han encantado sus paisajes,sus hermosos corales y sus interesantes leyendas,y por supuesto siempre me ha interesado pertenecer a este reino,puesto que es el único lugar donde me he sentido como en casa por así decir.

Sonreí calidamente. Me alegro que seas sincera, espero que lo sigas siendo contestándome a las demás preguntas. La observé fijamente. ¿Què te gusta hacer? ¿Como te describirías? Una vez contestadas estás preguntas ya sabría a que raza pertenecerá.

Sonreí y continué con las respuestas a sus preguntas.
-Me encanta leer,explorar y nadar bajo el agua mientras observo los corales,también me intereso por las historias o leyendas de cada raza,en especial las sirenas, quienes me han parecido sorprendentes y desde siempre las he admirado-me encantaba sentir el agua rozando mi cuerpo y escuchar los cantos de sirenas ya que siempre me habían gustado,aunque constantemente recordaba que debía tener cuidado.
Observé a la Diosa que me miraba con una sonrisa cálida y continué.
-Me describo como alguien alegre,curiosa y divertida,efusiva y con un constante interés por todo.Suelo ser algo impaciente para lo que me gusta y aunque me gusta arriesgarme suelo ser bastante precavida y segura de mí misma.-sonreí a la Diosa después de describirme mientras ella me observaba.

Sonreí ampliamente al escuchar sus palabras. Ya tenía claro que raza sería. Y me alegraba el saber que le encantaría.
Has demostrado ser merecedora de mi Reino, querida. A partir de ahora serás una Sirena. Nadaras y saldrás diariamente a la superficie para conocer las distintas razas que en ella habitan. Pero solo podrás estar un máximo de seis horas al día.

La futura Sirena se desvaneció. En unos instantes aparecería en algún lugar de la Mar y estará lista para comenzar su nueva vida.

Nadaras a la velocidad de un rayo. No te faltará una buena agilidad, la que te ayudara a moverte mejor entre los más remotos lugares de las profundidades marinas. Tendrás algo que las demás Sirenas no tendrán... el poder de utilizar tu cola para defenderte. Tendrás una voz melodiosa e hipnótica y la utilizaras para defenderte. Serás capaz de hipnotizar a quien quieras, pero ten cuidado, no la desaproveches. Serás amable con tus semejantes y nunca podrás ir a la Montaña. Solamente a las Tierras Neutras. Podrás cambiar de color para poderte esconder y pasar desapercibida. Y por último, tocaras el arpa para adormecer.

1. Velocidad y agilidad.
2. Cola mortal.
3. Voz hipnótica.
4. Mutación de color.
5. Adormecer.