Adriana Delacour

Finalmente llegaba al Olimpo. Ansiosa del formar parte del pueblo. Este reino tenia todo lo que habia deseado por años y años (paz, amistad, pertenecer a algo), y finalmente tenia la oportunidad de lograrlo. Solo esperaba ser aceptada. demasiado tiempo sola.

El Olimpo era extraño, pero hermoso. Luz por todos lados y una gran cantidad de flores que con su aroma me sentia como en una nube. Todo era magico aunque un poco aturdidor.

Me disponía a regresar a mi Pueblo cuando al abrir la puerta de mi despachi observo a una joven que si no intuía mal, debería hacer poco que llegaba al Olimpo. Fruncí el entrecejo llamando su atención.
-¿Estás buscando el despacho de alguna de mis hermanas o quería entrar en el mío?-pregunté formal con una sonrisa cercana mientra le invitaba a pasar y sentarse en el mío aunque dudaba si quería eso, aún así le ofrecí mi pase y un confortable sofá. Esperaría su respuesta para saber qué hacer con la joven.

Estaba un poco intimidada por estar frente a ella, sin embargo acepte su invitación de entrar, y respondí a su pregunta:
-Estaba buscando su despacho, este es el reino al que quiero pertenecer.-

Observé a la joven y proseguí a empezar con la entrevista.
-Bienvenida.En ese caso veamos si eres digna para pertenecer...-susurré con delicadeza frunciendo los labios. Un silencio corto inundió mi despacho para retirarme un mechón de mi pelo hacia atrás.
-¿Cuál es la razón de querer ser una más de mi reino?-pregunté-Me gústaría saber si te gusta ayudar a los demás, hacer deporte o simplemente estar tranquila leyendo, estudiando o tomando algo, sobretodo piense bien las palabras y sea sincera, eso le ayudará-comenté con una pequeña sonrisa para que la joven asimilara mis preguntas y así poder ir determinando.