Parque

Estaba acabando con la vida de otro conejo cuando olfateé otra cosa. Era un olor diferente, agradable pero extraño. Alguien más había por aquí y no olía a sangre. Era como si no tuviese sangre recorriendo sus venas. Me acerque lentamente a la procedencia del olor. Siempre al tanto de todo. No me fiaba y más que ahora era una neófita. No controlaba demasiado bien.
Cuando me acerqué a esa criatura pude observar como se estaba limpiando en una fuente. Y eso parecía sangre. Acaso era otra vampiresa? Tú... La llamé segura de mi misma, intentando captar su atención.

Mis sentidos lo notaban, habia alguien más pero no era...comestible. Una lástima, porque necesitaba beber más... Alcé la vista al escuchar un voz y miré a la chica en cuestión. No tenía una olo atrayente cómo el conejo y no parecía que su sangre, en el caso de que tuviera, me llamase, para nada. La miré seria mientras arrugaba el ceño. Y al fin tenía mi boca limpia y seca tras pasarme la camisa por ella mojandola con el agua de la fuente.
-¿Ocurre algo?-pregunté mirando a mi alrededor, notando presencias lejanas que me llamaban. ¿Sería más comida? Por lo pronto, debía mantenerme serena y no presentar indicios de una loca hambrienta y sedienta tras provar por primera vez tan dulce y deliciosa sangre de conejo.

La analicé de arriba abajo. ¿Qué había sido eso? Había escuchado como si alguien me hablase. Claro que no soy comestible. Dije arrogante. Me quedé en silencio intentando escuchar algo más. Pero solo oía hablar sobre sangre, conejos y más comida. No tenía duda alguna, ella era como yo. Una vampiresa. Eres como yo. Afirmé firmemente. Luego capté unos sonidos que procedían de detrás de los arbustos, seguramente sería más comida. Pero me volví a concentrar en ella.

Noté su mirada clavada en mí y cómo me revisaba y yo no me quedaba atrás. Me sentía diferente y esta nueva aparienca sin duda, era sensacional. Pero mi boca se resecaba aunque disimulé curvando mis labios un poco para asentir al escucharla. Mi primer encuentro con alguien del Pueblo y que era cómo yo. Suerte.
-Si hubieras sido comestible y yo lo mismo para ti, alguna de las dos habría atacado a la otra ya-dije con cierto nerviosismo humedeciendome el labio inferor. Dichosos los ruidos que percebían mis sentidos, oído y olfato, que notaba muchos más desarrollados.
Caminé para tener algo que hacer por el parque , cerca de la vampira.Paré cerca suyo para mirarla a los ojos, en una expresión indiferente.
-Soy Ava-pronuncié natural mientras podía intuir que ella también hacia poco que habia cazado.Sonreí de lado por ello sin decir nada más.

Me ponía nerviosa escuchar todas estas frases y no ver como ella movía los labios. De repente me acordé de cuando mi Señora me asignó la raza y me vino una habilidad a la mente "Leer mentes". Pero, ¿acaso podría hacerlo sin quererlo? Por lo visto si. Intente bloquear mi mente para que no oyese más pensamientos, pero me costaba muchísimo. Aunque intentaba con todas mis fuerzas.
Empecé a centrarme en el latido de los corazones de mi futura comida. Hasta que su voz verdadera me saco de mis fantasías con la comida. Pero olían tan apetecibles. Mi boca estaba seca y la garganta me escocía, necesitaba comer, pero YA.
Catherine. Contesté a su presentación fría y distante. Si ya era de por sí de esta forma, con tantos corazones a mi alrededor y con ese olor dulzón, que captaba toda mi atención lo era más.

Noté que haca algo extraño, pero quizás eran intuiciones mías pues aún no controlaba esta nueva apariencia y ser... inmortal. Sonaba tal genial, que deseaba volver a ver a mi Diosa para agradecerle que me haya concedido ser vampira.Por lo visto tampoco era de muchas palabras, aún así, le regale una sonrisa curvando mis labios bastante más de lo que nunca antes hsbia hecho desde que habia llegado al Reino.
-¿Hace mucho que estás por este Reino?-pregunté, aunque era libre de contestar o no. Necesitaba beber y eso provocaba que tuviera pocas ganas de hablar, pues estaba tan absorta en todo lo que sentía, viento, distintas olores... pensaba en sangre en mi cabeza. A este paso saldría corriendo como el rayo en busca de otro conejo.No lograba contenerme mucho más.

Quería correr, saltar, atrapar con mis afilados colmillos uno de esos animalitos. Cada vez se mas hacia mas insoportable esta quemazón.
Menos de una hora. Conteste secante. Oye te importaría si mantenemos esta covnersación un poco más tarde? Es que estoy algo...hambrienta. Sonreí maleficamente ante mi comentario.
Me encantaba la raza que me había distribuido mi Diosa. Era la mejor, sin duda. Lo único malo sería hasta que me acostumbrase a lo de "oír voces" y a controlar mi sed.
dicho esto corrí con gran agilidad y salté sobre un conejo que había detrás del arbusto. Mmm su sangre era tan dulce, tan deliciosa. Seguí con mi cena sin importarme que alguien me estuviera viendo. Mi necesidad era superior a cualquier otra cosa en estos momentos.